Buscaba cruel su reflejo mi cara,
Su dura imagen quería hallar,
Y justo pensé en inmensa la mar,
Y quise allí que al instante llegara,
Y sí que llegué pues corrí sin parar,
Seguro de mí y de cuanto hallara:
Buscaba cruel su reflejo mi cara,
Su dura imagen quería robar! ...
Al agua miré, mas la vi nada clara
Que olas rompían sin nunca dejar
Mi rostro espejo que allí encontrara,
Y era enfado salvaje la mar
Cruel si buscaba reflejo mi cara…
Y quiso entonces mi rostro hallar
Fingido reflejo, inmóvil y frío,
Y pronto pensé en la calma del río
Dejando así despiadada la mar.
Corrí y llegué y miré al vacío
Creyendo que nada podía pasar:
Quería ahora mi rostro robar,
Fingido reflejo, inmóvil y frío!
Mas todo, abajo ha vuelto a fallar:
Corría el agua espejo sombrío
Y hecho pedazos cruel al cortar
Colmillos de roca la cara del río
Así que no pudo mi rostro hallar
Fingido reflejo, inmóvil y frío! ...
Después, mi semblante trató de lucir
Su débil imagen, sus tristes reflejos,
Y al fin yo pensé en los lisos espejos
Del lago quieto y quise ya ir!
Corrí sin parar, cada día más lejos,
Dejando el río tremendo bullir:
Quería ahora mi rostro lucir
Su débil imagen, sus tristes reflejos!
Llegué y miré y ya pude sentir
Que todo volvía intento dañino:
Ni olas había del mar al rugir,
Ni agua de río al ir remolino,
Mas sí que ahora en contra me vino,
La brisa siempre mortal al herrir,
Cuchillo certero, voráz, asesino,
La cara del lago prieto fruncir,
Así que no pudo mi rostro lucir
Su triste mirar, su color anodino…
Luego, mi cara dejó de buscar
Sus otros reflejos: inútil empeño,
Y claro, ya quise romper ese sueño,
Engaño del lago, del río, del mar!
Volvía en mí, cada vez más dueño
De simples mis jestos, de mi razonar,
Que ya no quería mi rostro hallar
Sus falsos reflejos: inútil empeño!
Camino de vuelta, andaba sin más,
Mi paso igual y mi ojo cansado,
Y todo, muy lejos había quedado,
Y justo entonces, capricho quizás,
Muy cerca de casa, sendero al lado,
Ya hubo un charco de alegre brillar,
Espejo perfecto, inmóvil y claro,
Y al fin entendí que abajo, tan raro,
Mi ojo estaba, febril acechar,
Y fue que ya pudo mi cara hallar
Su simple reflejo, allá, en el barro!
(Vilbao - martïe 2001)
